Cada vez más personas optan por dietas reducidas en productos de origen animal, motivadas por razones éticas, medioambientales o de salud. Como resultado, la oferta de alternativas vegetales a alimentos como la carne, el pescado, los lácteos o los huevos ha crecido de forma notable. Sin embargo, un estudio reciente advierte que estas alternativas no siempre son más saludables, especialmente si se trata de productos ultraprocesados.
Un estudio comparativo con más de 900 productos
Investigadores de la Universitat Rovira i Virgili (URV), el Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV) y la red CIBEROBN del Instituto de Salud Carlos III han comparado 922 productos vegetales con sus homólogos de origen animal. El análisis se centró en cinco grandes grupos: queso, leche y derivados, huevos, carne y pescado.
Para evaluar su calidad nutricional, los investigadores utilizaron el sistema Nutri-Score, y para medir el nivel de procesamiento aplicaron la clasificación NOVA, que distingue entre alimentos mínimamente procesados y ultraprocesados.
Principales conclusiones
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Mejor puntuación nutricional, pero más azúcar y sal: un 68 % de los productos vegetales se clasificaron como saludables (Nutri-Score A o B), frente al 43 % de los productos animales procesados. Sin embargo, los alimentos vegetales incluían más azúcar, sal y fibra, y menos proteínas que sus equivalentes animales.
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Comparación con alimentos no procesados: el 75 % de los alimentos animales no procesados obtuvieron puntuaciones A o B, mejorando incluso a los análogos vegetales. Productos como el queso, la carne o el pescado en su forma natural mostraron un perfil nutricional más equilibrado.
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Nivel de procesamiento: mientras que el 72 % de los productos animales procesados fueron considerados ultraprocesados, solo el 37 % de los productos vegetales analizados encajaban en esta categoría. Aun así, muchas alternativas vegetales continúan siendo ultraprocesadas, con todos los riesgos que ello implica.
Más allá del Nutri-Score: la importancia de leer los ingredientes
El estudio remarca que el etiquetado nutricional no es suficiente por sí solo. A la hora de valorar un producto, también es necesario revisar la lista de ingredientes para detectar el uso de aditivos, azúcar, sal u otros componentes que indiquen un alto grado de procesamiento.
Conclusión
Las alternativas vegetales pueden tener un buen perfil nutricional en comparación con ciertos productos animales procesados, pero no deben considerarse automáticamente como opciones más saludables. Su calidad depende tanto de los nutrientes como del nivel de procesamiento. Por ello, es clave realizar una elección informada, priorizando alimentos frescos y mínimamente procesados siempre que sea posible.
Fuente
Esta información se basa en el artículo publicado en The Conversation: